(...) Daba siempre la impresión de una fuerza oscura concentrada en ella misma y, cuando lo veía por la calle, con los delgados labios estrechamente apretados y caminando siempre con pasos apresurados, como si se dirigiera a algún lugar determinado, me daba cuenta de la actitud defensiva y del aislamiento interior de su carácter mucho más que en nuestras conversaciones.
Me gustan las últimas cosas que he leído en tu blog. Cuando escribes haces magia con las palabras. Un saludo.
ResponderEliminarQue bueno que te guste, saludos :)
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