domingo, 13 de diciembre de 2009

El amor es solo un cuento de hadas.


Cierro los ojos y estás ahí. Tu sombra me acompaña en cada paso que doy; me levanto en las mañanas y aún estás al lado derecho de mi cama; camino por el pasillo y estás ahí junto a la pared, entregándome en un abrazo todo el calor de aquella noche de pasión, aquella que con un beso y un par de caricias confirmarían la rareza de este mundo. Aún veo aquél largo y profundo beso con el que sellamos el miedo que nos había invadido por tanto tiempo;
en mis mejillas todavía siento el roce de tu piel, llenándome y haciéndome descubrir el verdadero poder que tienen los sentidos.Las estrellas aún brillan en el lugar donde las vimos por primera vez, aquellas que nos acompañaron en una noche larga y llena de esperanzas, donde llegamos a pensar que habría una oportunidad; el cine me asusta, tu fantasma me acompaña y a mi lado me susurra que ya no volverás; las calles me deprimen, cada vez se hacen más largas y me confirman que ya no eres más que un recuerdo.
Es increíble como pudiste entrar en mí, robar un pedazo de mi corazón y marcharte entregándolo al primer mendigo que encontraste. Me abandonaste, ignoraste el sentimiento que te entregué, no te importó partir el alma que tan custodiada estaba; desarmaste mi caparazón, el que tanto trabajo me costó construir.
Ahora no soy más que un ser débil, lleno de miedos y desangrado que no puede ocultar un sufrimiento que lo borra lentamente de este mundo y le recuerda segundo a segundo que el amor es un cuento de hadas.

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